«¡La salud no puede depender de factores económicos!»

50 años de Médicos Sin Fronteras (MSF): creada en 1971 en París, la organización de asistencia humanitaria necesita a su vez ayuda para salvar vidas. No solo las donaciones implican un aporte significativo, sino también los relojes de NOMOS Glashütte: la empresa produce relojes en beneficio de la organización médico-humanitaria. Una entrevista con el jefe de la sección alemana

Sr. Katzer, Médicos sin Fronteras fue creada en París en 1971. Es decir, que este año se cumple el 50 aniversario de Médicos Sin Fronteras. ¿Es este un motivo para celebrar?

Sí y no. Por supuesto que es motivo de celebración que Médicos Sin Fronteras venga haciendo muchas cosas bien y que haya hecho un buen trabajo durante tantos años. Por otro lado, es preocupante que aún se requiera nuestra asistencia de manera tan urgente y que siga habiendo tanta necesidad en todo el mundo.

El coronavirus determina nuestras vidas. Ahora bien, para usted ¿no son las epidemias y las emergencias médicas parte de su rutina?

No, seguro que no. Para nosotros, esta pandemia también planteó e implica un enorme desafío. Por ejemplo: viajar a los lugares afectados se volvió de repente mucho más difícil a causa de las restricciones de entrada a los países, las obligaciones de cuarentena y otras exigencias administrativas. Además, hubo escasez de artículos esenciales requeridos con urgencia como las mascarillas de protección o el oxígeno, y hoy en día nuestra logística debe continuar reaccionando con flexibilidad. Y como todos en Alemania, nuestro equipo de trabajo en las oficinas de Berlín se ve afectado por las consecuencias del teletrabajo, las clases no presenciales y mucho más.

¿Cómo ha cambiado la pandemia el trabajo de Médicos Sin Fronteras? ¿Bajo qué condiciones deben trabajar los empleados y las empleadas de su organización y cuál es la situación actual en los centros de tratamiento de Médicos Sin Fronteras?

Eso difiere mucho de proyecto a proyecto. Pero en términos generales tuvimos que extremar las medidas de higiene. Es decir, más equipo de protección, áreas de espera separadas y mucha formación. Además, hay proyectos especiales de COVID-19 que implementamos conforme a lo necesario. En India, en Brasil y en Perú, el reciente agravamiento de la situación requirió la creación de nuevos proyectos in situ.

¿Cuál es el mayor desafío al que se enfrenta Médicos Sin Fronteras en este momento?

Junto a la pandemia de la COVID-19, son muchos los temas que nos plantean unos retos enormes: los conflictos y el desarraigo, las epidemias y la cuestión de cómo llegar de la mejor manera posible a las personas que sufren en estas circunstancias. A todo ello se suma la crisis climática, que viene acompañada de consecuencias médicas: sequías que provocan malnutrición o huracanes que arrasan con los hogares y los medios de subsistencia de mucha gente. Al mismo tiempo, también nos enfrentamos a importantes desafíos internos. Como organización debemos estar a la altura de los tiempos y analizar de manera constante nuestras propias estructuras. Por ejemplo, es necesario que comprendamos incluso mejor las carencias de la gente y que nuestra asistencia se adapte a ellas como corresponde.

Por primera vez a nivel mundial y en una edición de 2.021 ejemplares, la empresa relojera NOMOS Glashütte ha producido un modelo especial para MSF, fácilmente reconocible por su doce rojo. Por cada uno de estos relojes mecánicos, 100 euros se destinan a personas necesitadas. ¿Qué es posible hacer actualmente con estos 100 euros por reloj?

¡Mucho! Cada dos minutos, un niño muere de malaria en el mundo. 100 euros nos permiten, por ejemplo, financiar 39 mosquiteros para personas carentes de recursos. Los mosquiteros mantienen alejados a los mosquitos que transmiten enfermedades tropicales como la malaria. O bien podemos dotarnos de insumos estériles (guantes, tijeras y material de sutura) para diez partos. Sin ellos, a menudo se producen infecciones que amenazan la vida de los pacientes.

Además de los 50 años de Médicos Sin Fronteras, en 2021 hay otro aniversario: la colaboración entre MSF y NOMOS cumple su décimo año. ¿Cómo se plantea en MSF la cooperación con la empresa relojera NOMOS Glashütte? ¿Por qué lo hacen, es conveniente?

Al comienzo de la colaboración sí que hubo debates. El tema de la cooperación era una novedad para nosotros. Así que se plantearon cuestiones como: ¿qué sucede si uno de los involucrados se convierte en objeto de críticas públicas? ¿Coinciden nuestros grupos objetivo? Hoy en día puedo afirmar que la colaboración fue y continúa siendo un gran éxito para ambas partes. Durante este tiempo se recaudó más de un millón de euros para nuestros proyectos de asistencia médico-humanitaria. Y me parece estupendo que NOMOS Glashütte se involucre más allá, como por ejemplo en el debate público sobre la xenofobia o con una declaración sobre el salvamento en el mar. En aquellas ocasiones en las que las críticas arreciaron, con NOMOS siempre tuvimos (para continuar con los términos marineros) viento de popa.

¿Qué debería suceder para que los «tiempos mejores para muchos» se hagan realidad?

Ante todo debe mejorar la voluntad política en cuanto al trato igualitario en todo el mundo. Un ejemplo concreto es la producción de vacunas contra el coronavirus. En este caso, los políticos deben decir: hay que prescindir de patentes durante una pandemia, tenemos que poder producir vacunas lo más rápido posible y en todas partes. Por supuesto que las empresas farmacéuticas deben recuperar sus costes de desarrollo. Así y todo, este desarrollo ha recibido miles de millones en financiación por parte de los contribuyentes y las ganancias ascienden asimismo a miles de millones. Además, hace años que venimos abogando para que otros medicamentos, como por ejemplo contra la tuberculosis o el VIH, sean asequibles para todos.

¿Qué pediría si tuviera un deseo?

Que la salud no dependa de factores económicos ni del país de nacimiento.

Médicos Sin Fronteras y NOMOS Glashütte: este es un gran tema, y tenemos mucho que contar. Si desea obtener más información o concertar una entrevista, visitarnos en Glashütte o recibir material fotográfico, solo tiene que hacérnoslo saber: estamos a su entera disposición en todo momento.

Florian M. Langenbucher
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